El cielo no tiene límites es una obra inspirada en de los desafíos y logros de Katherine Johnson, de autoría de Maisa Sally-anna Perk.
A la pequeña Katherine le encanta contar todo lo que se puede contar desde muy pequeña.
Le fascinan las estrellas y el espacio y tiene una curiosidad tremenda y ganas de aprender.
Los obstáculos de su época, como el racismo, ya que es afro americana y crece durante la
época de segregación en el EEUU, así como el machismo, no la detienen de formarse como
matemática y científica y lanzarse a trabajar como computadora de La Nasa. Las
computadoras son las mujeres que hacen los cálculos espaciales a mano; las computadoras
con faldas les llaman. Su capacidad para el cálculo y pasión por el trabajo es una gran clave a
la hora de llevar al hombre al espacio y a la luna.
La obra introduce a Katherine en su infancia y sigue la vida de Katherine de forma
cronológica hasta que llega a los 100 años, la edad que tiene en la vida real.
Está ambientado en un paisaje de lírico y une a disciplinas varias como teatro, danza-teatro,
teatro sensorial, proyecciones y canto.