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Punto de partida

El primer año de mudarme a Barcelona sentí que me convertí en ser solamente el tono de la piel además sentí que mi nacionalidad no fue reconocido por que justo dicho tono era distinto de lo que se imaginaba que una verdadera holandesa tendría que tener.

En el primer año, en mails y llamadas para futuros entrevistas, nació una frase “Soy holandesa, pero negra”. Sentía que tenia que advertir las personas del tono de mi piel para que no se chocaría cuando finalmente me viera.

Eso no significa que en Holanda no había racismo, solo que en Barcelona por razones varias todo estaba mucho mas a flor de piel.

También es importante de tomar en cuenta de que la experiencia de una muchas veces no solamente es individual sino también puede ser una experiencia de un colectivo y es importante compartir estas experiencias; experiencias de como nos sentimos percibidos por la sociedad y como influye en la construcción de nuestra identidad.

A la vez ha crecido un hambre, un hambre de romper con clichés, un hambre de poner situaciones en evidencia , un hambre de jugar, un hambre de crear, investigar, profundizar, un hambre de contar mi propia vivencia de la identidad en una manera fresca y original, combinando varias disciplinas ; poesía escénica, danza, audiovisual y canto.